miércoles, 21 de julio de 2010

Diez pasos (sencillos) para convertirte en jefe

Convertirte en un superjefazo es relativamente fácil. Sólo tienes que seguir diez (sencillos) pasos:

1.- No tienes tiempo. Para qué? Da igual, no tienes tiempo. Ni para tu familia, ni para tu equipo, ni para nada. Llama a casa y di que no te esperen para cenar (si todavía te esperan, algo estás haciendo mal). Di a tus amigos que no puedes quedar porque este fin de semana tienes que trabajar (si todavía te quedan amigos, algo estás haciendo mal). Y así, con todo.

2.- No es importante. Qué? Da igual, nada. Sólo hay una excepción: que sea importante para tu jefe. Pero no te preocupes, para él/ella tampoco es importante.

3.- Corre, siempre con un papel y una agenda en la mano. Hacia dónde? Da igual, corre. Estás muy ocupado. Recuerda, no tienes tiempo. Así que corre de un lado a otro de la oficina. Pero no olvides un papel y la agenda: eso es crítico. Es la única forma de que "parezca" que andas con un tema superimportante.

4.- No cojas el teléfono. A quién? Da igual. A nadie. Que te dejen un mensaje y luego les llamas y les dices "perdona, estaba en una reunión superimportante". Tendrás que dejar un mensaje, porque ellos tampoco lo van a coger, claro.

5.- Cambia la agenda de los demás. Por qué? Da igual. Tu tiempo es escaso, caro y está destinado a temas superimportantes. Convoca reuniones y cancélalas diez minutos antes -eso sí, después de haberlas cambiado de hora tres o cuatro veces-. Si la reunión es con proveedores, simplemente no te presentes: que se den el paseo, que para eso están. Aunque vengan de Japón sólo para verte...

6.- Llama para temas de trabajo el fin de semana y a horas intempestivas. A quién? Da igual, a todos. Cuando un "subordinado" te diga que no está en la oficina a las 11 de la noche, pon voz de una cierta decepción y luego di algo tipo "bueno, seguro que encuentras la forma de que mañana a primera hora esté hecho".

7.- No des información. De qué? Da igual, de nada. Tus temas son superimportantes y no los compartes con nadie. Y, aunque no tengas ni puñetera idea de lo que estás hablando, opina y lleva la contraria a tu equipo!!!

8.- Pide cosas "para ya mismo". Qué? Da igual, cosas. Pide a las 7 de la tarde un informe para mañana a las 8 de la mañana. Que se queden currando toda la noche. Al día siguiente apareces a las 10 (ver punto siguiente) y cuando te lo entreguen lo tiras sin hacer caso sobre tu mesa y dices algo tipo "ah, eso.. sí se me olvidó comentaros que ya no hacía falta".

9.- Llega tarde. A qué? Da igual, a todo. A las reuniones, a las fiestas... Pero, sobre todo, llega tarde a la oficina. Llega tarde por la mañana (nunca antes de las 10) pero di que has estado desde las 7.30 en una reunión. Y, lo más importante: después de comer no se llega a la oficina antes de las 17.30. Bajo ningún concepto. Si quieres enmarronar bien a tus subalternos no puedes darles margen de maniobra. Hay que pedir los informes y las cosas a las 7.

10.- Sé un capullo. Cuándo? Da igual, siempre. Levántante por la mañana, mírate al espejo y dile a tu reflejo que eres el mayor capullo de la Historia de la Humanidad.

Estos son diez pasos (sencillos) que puedes aderezar con otras tonterías: no saludar cuando entras en la oficina, no preguntar a la gente por su vida personal, no tener ni puñetera idea de tu área de responsabilidad, hacer que tu criterio sea el único válido porque por algo eres el jefe, arrinconar a los que tienen ideas nuevas, echar a la gente con talento y quedarte con los mediocres para que no te hagan sombra...etc.

O sea, que el que no es jefe, será porque no le da la gana.

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